A finales de los años 60 apareció en Le Journal de Tintin un anuncio de frutas donde podían conseguirse Timbres Tintin, unos pequeños cupones que podían canjearse por distintos regalos ofertados por la revista y que fueron el impulso definitivo para su consolidación en el mercado franco-belga de las revistas infantiles.
Aquel anuncio estaba muy ligado a nuestro país, ya que parte de esas frutas, las naranjas, provenían de España.
Hubo distintas marcas comerciales que llevaron las naranjas a Bélgica. La primera, Broeckaert, a la que siguieron HIBEX, Frutos Españoles y Manuel Usó y Compañía. Ya sin los timbres, pero con Tintin: Covuit y Fertofrans.
Varias de ellas emplearon papeles para envolver las naranjas que contenían esos timbres Tintin y también se conserva alguna caja empleada para enviar esas naranjas con la imagen de Tintín.